Perder a un hijo, es una de las cosas más dolorosas e inexplicables por las que puede pasar un padre y una madre. En el mundo, millones de padres pierden a sus hijos que padecen de extrañas enfermedades, muchos de ellos los despiden de maneras muy emotivas, tal es el caso de un padre llamado Josh Marshall, a quien le tocó despedir a su hijo de una manera muy emotiva y dolorosa. Conozcamos su historia…
Durante el año 2018, la historia de un niño llamado Gabriel Marshall, se hizo viral en todas las redes sociales, ya que su padre se tatuó en la cabeza la cicatriz que tenía su pequeño hijo de 7 años en su cabeza, la misma fue producto de un tumor cerebral que le habían detectado en el 2015. Lamentablemente, el pequeño Gabriel murió el pasado 29 de enero del 2018.
El pasado 01 de febrero de 2018, Josh Marshall, padre del niño, a través de sus redes sociales, aprovechó para despedir a su hijo, pero una de las cosas que más llamaron la atención, es que Josh, publicó una fotografía, donde se puede apreciar, que se tatuó la cicatriz que tenía su hijo en la cabeza producto de unas de las intervenciones a las que fue sometido. Además, en el post, explica que Gabriel antes de morir estaba sufriendo de fuertes dolores, pero que aun así se mantenía con muy buen humor.
Por otra parte, el padre del pequeño de 7 años, también le dedicó una emotiva despedida en el post que hizo a través de su cuenta de Facebook: “Ni siquiera puedo comenzar a describir exactamente cómo me siento. Estoy desconsolado, no solo estoy perdiendo a mi hijo, estoy perdiendo a mi mejor amigo.”
El padre desconsolado, continua su carta expresado que Gabriel estuvo bromeando durante todo el viaje al hospital: “Gabriel estaba de tan buen humor todos estuvimos bromeando y riendo todo el camino hasta allí y Gabe seguía diciendo “este es el mejor viaje a Wichita que he tenido.”En la publicación que hizo Josh Marshall, se puede apreciar que publicó varias fotografías con su hijo, además, finalizó su emotiva despedida con las siguientes palabras:
“Gracias, Gabriel por darme un último regalo…
¡Ese día increíble que vivirá en mi memoria para siempre! ¡Te amo! ¡Mi hermoso bebé!”.Durante las últimas semanas de enero, el pequeño Gabriel se estaba sintiendo muy mal y con mucho dolor en su cuerpo. Según sus padres, en el último lunes de enero, el pequeño guerrero tenia conversaciones que no eran coherentes y sus ojos parecían demostrar que el pequeño ya no estaba entre nosotros.El pasado 29 de enero, Gabriel comenzó a sentirse muy cansado y de un momento a otro se quedó dormido dentro del coche y, cuando su padre fue a despertarlo, el niño simplemente no abrió sus ojos. Desde ese día que se fue el ángel guerrero, sus padres no han parado de recordarlo en todos lados, ya que hasta el final luchó para vencer al tumor cerebral que le apago su vida.Durante todo el tiempo que Gabriel Marshall estuvo con vida, su padre se tatuó la cicatriz que tenía su hijo en la cabeza, para así normalizar toda la situación que el niño estaba viviendo. ¡Hasta siempre Gabriel!