Desde hace algunos años, se hizo de conocimiento mundial que las abejas son importantísimas para los ecosistemas, pues de ellas depende gran parte de la polinización.
Sin abejas, no hay polinización y por lo tanto, no hay reproducción de plantas; entonces, a falta de alimentos vegetales, animales y humanos estaríamos sentenciados a la muerte.
De hecho, esta teoría fue llevada al cine en 2007 con la comedia infantil Bee Movie. El argumento se basa en lo que pasaría si de pronto las abejas decidieran dejar de «trabajar» para los humanos.
Partiendo del descubrimiento que hace la abeja Barry, de que los humanos les han robado la miel durante siglos; decide demandar a la humanidad y gana el juicio. En poco tiempo, los campos se marchitan y el mundo entra en crisis.
Aunque la película tiene un final feliz; esto no pasaría en la vida real, pues la extinción de abejas no podría solucionarse tan fácil ni en una corte judicial.
Actualmente, la principal amenaza de las abejas es nada más y nada menos que el ser humano. Es decir, el uso de pesticidas y otros productos químicos ha causado una disminución alarmante en la población de abejas.
Si bien las plagas representan un peligro para los cultivos, ya que pueden acabar con plantaciones enteras, dejando sin alimento a muchas áreas; los pesticidas no solo matan a la plaga sino también a otras especies benéficas y polinizadoras.
Lo ideal sería combatir las plagas de maneras naturales; sin embargo, puede ser mucho más costoso económica y temporalmente.
Así, el mundo se encuentra en una encrucijada, tratando de luchar por la conservación de las abejas pero sin las condiciones para lograrlo.
El Instituto Earthwhatch es un organismo dedicado a la investigación del medio ambiente, que decidió nombrar a la abeja la especie más importante de todo el planeta.
Importantes científicos determinaron que estos pequeños insectos peludos y voladores, son esenciales para los ecosistemas. Los posicionaron por encima de los hongos y el plancton.
Cabe aclarar que el plancton y las algas marinas son los mayores productores de oxígeno en el mundo. A diferencia de lo que se cree, los árboles no producen ni la mitad del oxígeno que hay en nuestra atmósfera.
En realidad, los océanos son los pulmones del planeta, produciendo entre el 70% y 80% del oxigeno que respiramos. Lo que quiere decir que el plancton también es importantísimo; pero no tanto como las abejas.
Se calcula que unas 250 mil especies de plantas dependen directamente de las abejas. Aunque existen otros insectos y aves polinizadoras, ninguno tiene la capacidad de alcance que las abejas; quienes además incrementan la cosecha de frutos rojos.
Otra ventaja de las abejas es que parecen ser una especie que no alberga microorganismos patógenos; es decir, no se enferman nunca.
Como dato curioso, en algunas mitologías, las abejas son consideradas animales divinos. Alimentaron a Zeus en una cueva y se cree que también lo hicieron con Platón cuando era bebé, por eso obtuvo su meliflua palabra. Por otra parte, en la India; la miel es comparado con el soma, una bebida de los dioses, incluso un dios mismo.
Además de ser tan importantes, las abejas son bonitas y amigables (a menos que se sientan amenazadas). Para ayudarlas en esta crisis, podemos plantar algunas de sus flores favoritas, como lavanda, caléndula, girasol, hinojo y alfalfa.