El bebé más prematuro del mundo cumple su primer año de vida

Contra todo pronóstico, el pequeño que nació con un poco más de 4 meses de gestación logró sobrevivir y este mes cumplió su primer año de vida.

Pesaba solo 337 gramos cuando llegó a este mundo. Era diminuto y cabía incluso en la palma de las manos de sus padres, quienes sufrieron con todos los pronósticos: tenía prácticamente cero posibilidades de sobrevivir. Richard Scott William Hutchinson nació el 5 de junio del 2020 habiendo pasado solo un poco más de cuatro meses en el vientre de su madre, quien por complicaciones médicas fue llevada a labores de parto 131 días antes de que su hijo debiera nacer.

Este hecho lo convirtió desde su nacimiento en un nuevo récord, pues fue declarado como el bebé más prematuro del mundo. Pero la noticia de haber roto un récord mundial no compensaba la preocupación que tenían sus padres: los médicos desde un inicio les alertaron que las posibilidades de que su hijo sobreviviera eran prácticamente nulas.

“Cuando Rick y Beth (los padres) recibieron asesoramiento prenatal sobre qué esperar con un bebé que nació tan temprano, nuestro equipo de neonatología les dio un 0 % de posibilidades de supervivencia “, contó a los periodistas del Libro Guinness la doctora Stacy Kern, neonatóloga de Richard en el Hospital de Niños de Minnesota, en la ciudad estadounidense de Minneapolis.

El pequeño tuvo que permanecer por más de seis meses en el hospital. Durante este tiempo, sus padres no pudieron estar con él las 24 horas del día, pues debido a la pandemia por la covid-19 debían dejar el centro médico en las noches y regresar al día siguiente.

Esto implicó para la pareja atravesar cada día desde el condado de St. Croix, en el estado de Wisconsin, hasta el hospital de Minneapolis, en el estado de Minnesota. Fue hasta diciembre de 2020 que, contra todo pronóstico, el pequeño logró ir con sus padres hasta su hogar, luego de haber superado varios meses en incubadoras y unidades de cuidado intensivo.

El récord que este menor rompió se hace más real, pues su expectativa de vida se hace más alta con cada mes que logre crecer al lado de sus padres.