La discriminación en cualquier forma es un problema que continúa destruyendo nuestra sociedad. Pero, por otro lado, el amor a la familia es un valor que nos ayuda a superar cualquier obstáculo, incluso a quien sistemáticamente muestra una actitud negativa ante cualquier situación.
Uno de ellos avergonzó a una periodista que decidió vender comida callejera para ayudar a su hermana. En los últimos días, la periodista boliviana Karla Beahed Villaroel Vaca ha sido víctima de múltiples ciberataques luego de que se la viera sirviendo empanadas y sándwiches en la calle para ganar un dinero extra durante sus jornadas laborales y descansos. Como no son figuras públicas, muchas personas actúan y pasan desapercibidas.
Sin embargo, lo que no esperaban sus detractores era que la joven periodista respondiera con decisión, dejándolos boquiabiertos, demostrando que con el esfuerzo diario y honesto se gana más, tanto económica como espiritualmente, y que no hay vergüenza en el trabajo. En cambio, te ayuda a lograr tus objetivos.
Su mensaje provocó un cambio en la postura de sus seguidores, así como aplausos y cientos de palabras de elogio por parte de los masivos internautas que se congregaron para apoyarla.
Lo cierto es que la mujer fue captada en cámara mientras trabajaba en la calle, vendiendo su delicioso desayuno. Eso es todo, no todos están al tanto de su segunda carrera, pues Kara siempre se ha caracterizado por ser muy discreta en su vida personal.
Tras ser sorprendida trabajando de esa manera, una mujer la enfrentó con dureza, preguntándole si le daba vergüenza tener que vender comida en la calle porque su trabajo como periodista no le pagaba lo suficiente.
Carla simplemente se rió del comentario inapropiado y compartió la historia en Facebook. Dejó en claro que disfrutaba de su trabajo frente a monitores y micrófonos, pero vender comida era un trabajo extra para ayudar a su familia. Su respuesta es poderosa.
“No me importa lo que digan. No me da vergüenza. ¡Sin miedo al éxito!”, fueron algunas de las palabras que expresó la periodista boliviana.
La reportera dijo que su madre estaba en el negocio de las empanadas, pero se fue poco después. Sin embargo, su hermana volvió a la actividad porque necesitaba comprar un nuevo teléfono. Entonces Karla se convirtió en hermana y decidió empezar a vender sándwiches y empanadas los fines de semana para ayudar a su hermana.
Fue entonces cuando una mujer reconoció su tono y trató de humillarla. Kara sabía que no debía explicar su decisión a nadie. En realidad, Kara es una mujer que sabe que lo que debería ser vergonzoso para alguien es mediocre. Por ejemplo, la vergüenza es robar. Su respuesta fue solemne y sabia.
“Ella me dijo de manera burlesca: ‘¿Qué pasó, Karla, el periodismo no te da plata, tan bajo has llegado?, ¿no te da vergüenza?’. Simplemente me reí y le dije la frase que está al principio de este texto, ‘vergüenza es robar’”, añadió Karla. Kara conoce el valor de la familia y está decidida a ayudarla a tener éxito pase lo que pase, generando honestamente ingresos adicionales. Pero, además, como la sazón en la cocina es buena, hacer felices a los invitados.