Una niña llamada Morgan se ha escapado de las manos de los médicos que la examinaron al nacer. Los hechos tuvieron lugar en febrero en el Centro Médico Regional de Chandler, Arizona.
Pero no fue sino hasta el miércoles pasado que la madre de los niños, Monique Rodgers, dio a conocer el video grabado por su esposo, Derrik Rodgers. Se les animó a hacerlo después de que el hospital no respondiera al incidente de ninguna manera. Especialmente después de la caída, Morgan sufrió una hemorragia de primer grado en el lado izquierdo del cerebro.
Todo queda comprobado en un video grabado por el padre del bebé. El video muestra a tres trabajadores transfiriendo bebés de un juego de mantas a otro.
La recién nacida fue levantada por uno de ellos, todavía con las tijeras en la mano, pero luego una de las enfermeras perdió el control de ella, lo que provocó que el médico resbalara al bebé.
La beba se dio la vuelta e inevitablemente cayó de cabeza, a punto de ser arrojado por el borde de la mesa. Pero afortunadamente, gracias a una buena respuesta del personal, pudieron salvar la situación y evitar un desenlace fatal.
El médico no pudo evitar mirar a la enfermera fuera de control, como si la culpara por su descuido.
Morgan lloró mucho después de que se cayó y lo que sucedió después enfureció a sus padres porque la llevaron a hacerse un ultrasonido cinco días después de su nacimiento sin previo aviso. El bebé sigue hospitalizado por parto prematuro.
«No descubrí que esta prueba se había realizado y los resultados de esta prueba hasta el sábado pasado, cuando mencioné mi preocupación al médico», escribió Rodgers.
Posteriormente, la madre se enteró de que el bebé tenía una hemorragia cerebral, pero cuando llegaron al hospital no dijeron si fue una caída o un parto prematuro.