A través de sus redes sociales, la joven, ahora abogada en la República del Paraguay, muestra con mucho orgullo cómo trabaja todas las tardes junto a su padre como albañil y como ayudante de obra.
Magali Gimenez ha soñado con graduarse y convertirse en abogada desde niña.
«Muchas personas me dijeron que estaba soñando, que yo no iba a poder culminar los 6 años de carrera porque es una de las más costosas. Pero yo no quise escucharlos, sabía que podía lograrlo y hoy con título en mano demuestro que sí pude».
A pesar de no saber cómo pagarían la primera matrícula, Magali no se dio por vencida.
«Para pagar el primer pago inicial, mi padre tiene la intención de trabajar sin un asistente de construcción para evitar pagar a otros empleados. Entonces fue cuando decidí convertirme en su asistente de construcción y trabajar como albañil durante esos meses de arduo trabajo.
Cuando su historia se hizo pública, se volvió loca en segundos. Muchos jóvenes se identifican con Magali y la aplauden por su tesón y ganas de triunfar.
Para concluir, la joven expresó su profundo respeto no solo por la profesión de su padre, sino también por su padre y toda su familia, quienes la han estado animando desde el primer día, brindándole todo el apoyo posible para que siga pudiendo realizar sus sueños. Y se le concedió el título de abogado de la República.